domingo, 19 de mayo de 2013

El don de Fortaleza

La fortaleza es el don que nos da la capacidad de profesar la fe inclusive en las contradicciones y en los peligros.
    «Fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su poder» (Ef 6, 10)
La fuerza de ánimo es especialmente necesaria en las pruebas de la vida, en los dolores, en las enfermedades, en los desprendimientos, es decir, cuando nuestra debilidad es casi insuperable. También es muy necesaria para profesarnos cristianos en un ambiente hostil y en un mundo indiferente; para tener el coraje de ir en contra de la corriente.

El caso serio del don de la fortaleza es el martirio, la superación del miedo a la muerte porque estamos en las manos de Dios. La fortaleza es el don que perfecciona la virtud de la esperanza llevándola al heroísmo, al desprecio de la muerte, a la superación del miedo a la muerte.

La fortaleza de Jesús aparece sobre todo en su actitud frente a la muerte:
    «Era ya cerca del mediodía cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: "Padre, en tus manos pongo mi espíritu". Y, dicho esto, expiró» (Lc 23, 44-46)
Entonces existe una grande oscuridad sobre la tierra, todo está envuelto en la angustia y en el miedo; se rompe el velo del templo, es decir, caen las seguridades de las instituciones humanas, y Jesús mira de frente a la muerte con un grito de abandono confiado. También ante la muerte vive el misterio del Padre, de la paternidad, en cuyas manos está su vida. La fortaleza de Jesús es la victoria sobre el miedo a la muerte y a cualquier otro mal, porque sabe que está en los brazos del Padre que no lo abandona nunca.

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Adaptado de:
"Los dones del Espíritu Santo". Ejercicios espirituales para el pueblo. 
Carlo María Martini. Ed. San Pablo. Bogotá, 2008. 62 p.


2 comentarios:

me gusto pues me hace ver que necesito este don cadas dia, para enfrentar no solo el dia a dia, sino tambien las dificultades y miedos que se presentan en la vida y que muchas veces no enfrentamos por el que diran.

Me gusto que está bien explicado este don, en lo personal en mis oraciones cuando estoy atribulada pido a Dios este don pero no sabia que era bien amplio a como yo lo concebia y lo mas bonito es que nunca olvidemos que estamos en las manos del Padre.

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